Rutas por las montañas asturianas y leonesas principalmente

Sellañu a Vallemoru y les Cuerries

23 de Septiembre 2014

distancia 20.18 Kms
tiempo 7 horas 54 minutos
ascenso 1588 metros
descenso 1588 metros

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Hoy toca otra de esa rutas inverosimiles por lugares bastantes salvajes por los que pasa muy poca gente.
Ya le había propuesto a Manolo hace tiempo visitar el abandonado pueblo de Vallemoru, (aqui), pero en este casolo haríamos desde Sellañu y bajariamos por les Cuerries, lo que no sabiamos era lo que nos ibamos a encontrar, y lo que nos encontramos fué en el camino de ida unas escobas como árboles, y en el de vuelta un antiguo bosque por el que no pasa nadie, precioso.
Salimos de Sellañu por el camino que sigue el antiguo trazado del ferrocarril que aqui hubo en su dia, aqui dejo brevemente la historia:

 FERROCARRIL DE SEMELDÓN
Fue en Sellañu (Ponga), en los primeros años del siglo XX, donde se estableció el único ferrocarril que osó abrirse camino en el montañoso oriente asturiano. Una empresa forestal trazó y construyó una vía que bajaba desde el monte de Semeldón hasta Sellañu, con la terminal al pie de la carretera.
Hayas, robles y castaños de los bosques colindantes fueron transportados por este ferrocarril maderero entre el monte y la estación de Sellañu (220 m). Su edificio alberga ahora, reconstruido y remodelado, un restaurante y una hospedería.
La estación de Semeldón (360 m), otra casa similar a la de Sellañu, todavía se conserva en pie y se halla situada en la zona de La Llambria. Se mantienen los muros del gran edificio que fue almacén y oficinas de la explotación maderera. Los lugareños lo siguen llamando La Estación o Casa del Río.
El trasporte de la madera desde el monte a la estación de Semeldón se realizaba a través de algunos cables trazados estratégicamente.
Cuentan que los propietarios del ferrocarril eran los dueños de una empresa catalana de fabricación de barcos, y que la madera de roble era óptima y muy apreciada en su construcción.
Pocos restos quedan de lo que fue el trabajo y la ocupación de gran parte de los habitantes de Sellañu, Cazu, Ambingue y Vallemoru: montículos en los prados, donde al escarbar encontrábamos la grava de las vías del tren y evidentes restos de la caja en determinadas zonas. El ferrocarril contaba con 5 puentes que permitían el paso por las estrechuras del Semeldón.
El punto y final de esta historia se pone en 1937 (1938 según otras fuentes). Aunque las riadas solían destruir de vez en cuando los raíles del tren, ese año se produciría su devastación.
Gran parte de la ladera del monte La Trapa argayó, formando un embalse en el río.
Cuando el agua rompió el “tapón”, arrasó con todo lo que tenía por delante, sin dejar rastro de vías y traviesas.

Después de Semeldón, se cruza el reguero, y sin camino se sube por donde se puede, y es en este tramo donde encontramos las escobas que mencioné anteriormente, así que peleando contra ellas llegamos al arroyo Llivarda, y ya desde aqui un camino que viene desde la majada Traslafuente a los pies del Maoño nos lleva al precioso pueblo de Vallemoru.
Dejamos el pueblo por un camino que baja al rio, y que después asciende sin tregua hasta la collada de Cuadramuño, por donde continua a Taranes, nosotros lo abandonamos y literalmente nos tiramos abajo al rio les Cuerries donde nos encontramos un paisaje precioso, me recordó a la foz de Saolla, es de esos sitios donde el tiempo se detiene y piensas que te puede salir un animal prehistórico por cualquier lado, árboles antiguos, lianas, humedad, una maravilla, asi que continuamos siguiendo el rio que al final desemboca en la carretera de Sellañu a Beleño, por la cuál fuimos hasta completar el circulo en Sellañu,