8 Marzo 2017
distancia 13.47 Kms
tiempo 7 horas 21 minutos
ascenso 1342 metros
descenso 1342 metros
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Me voy con Pepe a hacer una ruta muy interesante por el concejo de Ponga.
Salimos del pueblo de Anbingue y por su parte alta seguimos una pista que nos sube al Pasadoriu, una atalaya desde la que ya divisamos todas las cumbres de Ponga además de tener una magnifica vista al Macizo Occidental de los Picos de Europa ó Cornón.
Desde aqui seguimos por el antiguo sendero al collado de Viores donde solo quedan las ruinas de la antigua majada, y desde ella faldeando el cordal de la sierra de Furacu accedemos sin problemas al collado del Cunio.
Fácil subida a su cumbre y estamos un buen rato contemplando todo alrededor, el dia es magnifico y no sopla nada de viento, la temperatura buenisima.
Seguimos el cordal hasta el collado de Piedrafita, y empezamos la segunda parte de la ruta, y si la primera fue espectacular en vistas a lo lejos, la segunda lo es en vistas de cerca, (por aqui no creo que pase mucha gente a lo largo del año), sin ningún rastro de sendero bajamos por el valle siguiendo el curso del arroyo de Piedrafita, y nos vamos adentrando en un bosque precioso en el que el musgo está siempre presente, de esa manera llegamos a las antiguas instalaciones del ferrocarril maderero en Semeldón, (parece mentira que llegara un ferrocarril hasta aqui desde Sellaño).
FERROCARRIL DE SEMELDÓN
Fue en Sellañu (Ponga), en los primeros años del siglo XX, donde se estableció el único ferrocarril que osó abrirse camino en el montañoso oriente asturiano. Una empresa forestal trazó y construyó una vía que bajaba desde el monte de Semeldón hasta Sellañu, con la terminal al pie de la carretera.
Hayas, robles y castaños de los bosques colindantes fueron transportados por este ferrocarril maderero entre el monte y la estación de Sellañu (220 m). Su edificio alberga ahora, reconstruido y remodelado, un restaurante y una hospedería.
La estación de Semeldón (360 m), otra casa similar a la de Sellañu, todavía se conserva en pie y se halla situada en la zona de La Llambria. Se mantienen los muros del gran edificio que fue almacén y oficinas de la explotación maderera. Los lugareños lo siguen llamando La Estación o Casa del Río.
El trasporte de la madera desde el monte a la estación de Semeldón se realizaba a través de algunos cables trazados estratégicamente.
Cuentan que los propietarios del ferrocarril eran los dueños de una empresa catalana de fabricación de barcos, y que la madera de roble era óptima y muy apreciada en su construcción.
Pocos restos quedan de lo que fue el trabajo y la ocupación de gran parte de los habitantes de Sellañu, Cazu, Ambingue y Vallemoru: montículos en los prados, donde al escarbar encontrábamos la grava de las vías del tren y evidentes restos de la caja en determinadas zonas. El ferrocarril contaba con 5 puentes que permitían el paso por las estrechuras del Semeldón.
El punto y final de esta historia se pone en 1937 (1938 según otras fuentes). Aunque las riadas solían destruir de vez en cuando los raíles del tren, ese año se produciría su devastación.
Gran parte de la ladera del monte La Trapa argayó, formando un embalse en el río.
Cuando el agua rompió el “tapón”, arrasó con todo lo que tenía por delante, sin dejar rastro de vías y traviesas.
Hasta este punto llega la PR-AS212, asi que hay dos maneras de ir hasta el puente del Pozón, y la primera y más fácil es ir por dicha ruta subiendo al collado de Semeldón, pero uno de los objetivos del dia era seguir el rio y pasar la foz hasta dicho puente, además ese tramo de la PR ya lo conociamos, así que fuimos por lo desconocido, pero tenia pasos delicados en los que hubo que "echar manos", además el terreno estaba muy resbaladizo, el sendero minúsculo, y las zarzas y la vegeteción muy abundantes.
Desde el puente del Pozón solo restaba llanear un poco para subir de nuevo al pueblo de Anbingue.