3 Enero 2018
distancia 10.89 Kms
tiempo 7 horas 26 minutos
ascenso 1162 metros
descenso 1162 metros
descarga y visualización de track
Comenzamos el año haciendo una ruta corta pero bastante explosiva. Aprovechamos que Manolo tiene permiso para circular por los caminos de Redes para llegar hasta la Vega desde Caleao evitando así unos 6 kms de hormigonado camino de la ruta del Alba.
Dejamos el coche después de cruzar el rio y subimos directamente por el bosque para internarnos por el bosque siguiendo un sendero que va haciendo virguerias por la ladera de la montaña cruzando las sucesivas canales que caen hacia el Alba, asi llegamos a las mina de hierro del Carmen, de Llaimo, ó de Pandanes.
Los yacimientos de hierro del concejo de Sobrescobio comenzaron a denunciarse en los últimos años del siglo XIX, generándose una gran expectación respecto a la riqueza de los mismos. La mina Carmen (nº de registro 11489), de 96 hectáreas, fue demarcada por el empresario mierense Cipriano Mata en los primeros años del siglo XX, junto a otras del mismo metal: Erundina, Justa, Previsora o Andresita. Poco tiempo después, Mata obtendría una nueva concesión: Aumento a Carmen (nº 16906), de 40 hectáreas. En 1898 ya había presentado solicitud de explotación para una mina de cobre, aunque más tarde se decantaría por el hierro. La mina Carmen es conocida también como Mina de Pandames o Mina Llaímo.
No fueron estas las únicas minas de Fe de la zona, puesto que diversos empresarios, atraídos por la riqueza del yacimiento, obtuvieron derechos de explotación: Cipedal, Matilde, Rosita o Rosita 2ª fueron algunos de ellos. En 1905, el industrial holandés Máximo Röttmayer solicitó permiso para explotar la mina Luisa y, en 1906, la sociedad M.H. Müller y Cía intentaba hacer lo propio con la mina Carmen, pero Mata se negó a ceder sus derechos por tratarse de una empresa extranjera.
Cipriano Mata falleció en 1915, y en 1918 la empresa Duro Felguera compró a sus herederos los derechos de explotación de la mina, por los que abonaron un millón de pesetas. Seis años más tarde estaba ya en plena producción y se preparaba un nuevo piso. Por aquellas fechas, su rendimiento era de unas 3000 toneladas anuales de hematites cuyo contenido en Fe superaba el 70%.
En 1909 se instaló un cable aéreo de 2,5 km de longitud para hacer llegar el mineral hasta los cargaderos del Campurru, desde donde era acarreado hasta Ríoseco. A partir de 1921, el mineral fue llevado en el tranvía a vapor conocido como La Campurra hasta Laviana, dónde era trasvasado al Ferrocarril de Langreo para dirigirse finalmente a la factoría siderúrgica que la Duro tenía en La Felguera.
Hacia los años 40 trabajaban en la mina una treintena de hombres, con producciones que superaban las 6000 toneladas, pero a causa de diversas circunstancias la producción fue reduciéndose paulatinamente hasta el cierre de la explotación, que se produjo en 1967.
Primero llegamos a un casetón en ruinas en un collado, y después de merodear alrededor de él seguimos subiendo encontrandonos una espectacular cascada para llegar a más restos de edificaciones y una espectacular bocamina. Continuamos hasta llegar al edificio principal que debió ser la casa principal de los obreros enclavada en un espectacular paraje.
Después de investigar por la zona seguimos por el bosque hacia la majada de Pandanes a donde llegamos al cabo de un rato y en donde desaparece el bosque.
Ya vemos el cordal que va hacia el Retriñón y en donde está la cumbre que haremos hoy, es una secundaria del cordal del Retriñón, el pico Moroma 1658 metro que tiene unas espectaculares vistas como se puede apreciar en las fotos.
Son más de 400 metros de subida "a pincho" por la ladera que se hacen pesados.
La recompensa al llegar al cordal merecia la pena por las vistas hacia el valle de Xulió y las cumbres de Ponga.
Cresteamos un rato hasta llegar a la cumbre, y después de las fotos de rigor bajamos a buscar la majada del Fuiyu, totalmente en ruinas y en donde solo quedan un par de chozos en pie.
Encaramos la bajada por las gradas de los Pandanes en un terreno malo de andar, pero que vamos superando poco a poco.
Una vez superado este tramo me desvio un poco a buscar un roble centenario del que habia oido hablar y visto fotos, (el Roblón del monte Texiu), impresionante y muy bien conservado y que según he leido hace 17 años lo midieron y tenia 7.50 metros de perimetro en su base.
Continuo para reencontrarme con mis compañeros, atravesamos por el fayedo, y encontramos otra agradable sorpresa, los manantiales de Fumiosa, por donde sale el agua en una espectacular surgencia, ya que estos dias ha llovido bastante, además hay que tener en cuenta también el deshielo.
Desde aqui ya por sendero y después de parar para comer algo al lado de la fuente de les Felgueres llegamos a la Cruz de los Rios al final de la ruta del Alba, tuvimos que descalzarnos para vadear el rio, ya que no habia forma de pasarlo sin mojarse.
El tramo final fue un agradable paseo descendiendo por la parte alta de la ruta del Alba gozando del espectáculo de las innumerables cascadas que formaba el rio debido a su elevado cauce por las últimas lluvias caidas hasta llegar de nuevo al puente de la Vega.
