6 Abril 2024
distancia 23.96 Kms
tiempo 8 horas 18 minutos
ascenso 1686 metros
descenso 1686 metros
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Hoy nos vamos a Soto de Agues para ascender al Moroma, en el cordal del Retriñón.
La idea era ascender al Moroma y bajar casi por el mismo sitio ante la previsión de lluvias por la tarde, pero como el dia aguantaba respecto a la lluvia, y había ganas de patear, fuimos alargando la ruta, y ascendimos al Retriñón, para descender al valle de los Pandanes, y la Cruz de los Rios.
Empezamos la ruta en Soto de Agues, y encaramos la muy conocida Ruta del Alba.
Nos desviamos a la altura de la Vega, cruzamos el rio Alba por el puente, y comenzamos a ascender por el monte Llaímo hacia la foz que asciende por la ladera de Llapacanes.
Entramos en un espectacular tramo que nos lleva a un primer casetón minero en ruinas. Iremos atravesando varias bocaminas y restos de la explotación minera de la mina Carmen hasta llegar al gran casetón situado en el hombro de un collado.
Los yacimientos de hierro del concejo de Sobrescobio comenzaron a denunciarse en los últimos años del siglo XIX, generándose una gran expectación respecto a la riqueza de los mismos. La mina Carmen (nº de registro 11489), de 96 hectáreas, fue demarcada por el empresario mierense Cipriano Mata en los primeros años del siglo XX, junto a otras del mismo metal: Erundina, Justa, Previsora o Andresita. Poco tiempo después, Mata obtendría una nueva concesión: Aumento a Carmen (nº 16906), de 40 hectáreas. En 1898 ya había presentado solicitud de explotación para una mina de cobre, aunque más tarde se decantaría por el hierro. La mina Carmen es conocida también como Mina de Pandames o Mina Llaímo.
No fueron estas las únicas minas de Fe de la zona, puesto que diversos empresarios, atraídos por la riqueza del yacimiento, obtuvieron derechos de explotación: Cipedal, Matilde, Rosita o Rosita 2ª fueron algunos de ellos. En 1905, el industrial holandés Máximo Röttmayer solicitó permiso para explotar la mina Luisa y, en 1906, la sociedad M.H. Müller y Cía intentaba hacer lo propio con la mina Carmen, pero Mata se negó a ceder sus derechos por tratarse de una empresa extranjera.
Cipriano Mata falleció en 1915, y en 1918 la empresa Duro Felguera compró a sus herederos los derechos de explotación de la mina, por los que abonaron un millón de pesetas. Seis años más tarde estaba ya en plena producción y se preparaba un nuevo piso. Por aquellas fechas, su rendimiento era de unas 3000 toneladas anuales de hematites cuyo contenido en Fe superaba el 70%.
En 1909 se instaló un cable aéreo de 2,5 km de longitud para hacer llegar el mineral hasta los cargaderos del Campurru, desde donde era acarreado hasta Ríoseco. A partir de 1921, el mineral fue llevado en el tranvía a vapor conocido como La Campurra hasta Laviana, dónde era trasvasado al Ferrocarril de Langreo para dirigirse finalmente a la factoría siderúrgica que la Duro tenía en La Felguera.
Hacia los años 40 trabajaban en la mina una treintena de hombres, con producciones que superaban las 6000 toneladas, pero a causa de diversas circunstancias la producción fue reduciéndose paulatinamente hasta el cierre de la explotación, que se produjo en 1967.
Continuamos ascendiendo por el bosque en dirección a la majada de Pandanes.
Lo suyo sería ganar el cordal y continuar hacia el Moroma, pero el fuerte viento nos obligará a ir protegidos de él, y trazaremos una diagonal hacia el Moroma atravesando un tramo incómodo de cotoyas en una larga y tediosa pendiente hasta la cumbre.
Continuamos hacia el Retriñón, y sin apenas parar en la cumbre, (el vendaval era tremendo), iniciamos el descenso hacia la majada de Pandanes,
Sin llegar a ella nos descolgamos por las Gradas de Pandanes sin rastro de sendero por terreno malo en busca del Roblón del monte Texiu, espectacular ejemplar que según datos de hace unos años tiene un perimetro en su base de 7.50 metros.
Seguimos por sendero atravesando el bosque hasta llegar a la surgencia de la Fumiosa, por la que en este caso no salia tanta agua como la vez anterior que pasé por aqui.
El camino sigue hacia la Cruz de los Rios pasando por la fuente y el refugio de les Felgueres.
En la cruz de los Rios comenzamos a recorrer la espectacular Ruta del Alba que nos devolverá a Soto de Agues justo cuando empieza a llover de verdad.
